*- Por cuestiones de “género”, la UABC, cambió el lema “Por la realización plena del hombre”.

Libros de texto gratuitos de la década de los 60’s.

Compartimos una carta de una profesora con una lapidaria frase final:

“Yo no soy víctima de la Ley de Educación. Tengo 69 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, por encima de las estadísticas de aprobarlos y de la propaganda política.

En el jardín de niños (así se llamaba entonces “la educación inicial) empecé a estudiar con un libro que todavía recuerdo perfectamente:

La “A” de la araña, la “E” de elefante, la “I” de iglesia, la “O” de ojo, la “U” de uña…

En primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas, Ciencias…

En 6° de primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de “b”, en vez de “v”, o cinco faltas de acentos te bajaban y, bien bajada, la calificación.

En bachillerato, estudie historia, geografía, matemáticas, química, biología, física, latín, literatura y filosofía.

Leí El Quijote, el Lazarillo de Tormes; Lanzas Coloradas, Casas Muertas, Doña Bárbara y otros… pero, sobre todo, aprendí a hablar y escribir correctamente. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.

Y vamos con la gramática:

En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales.

El participio activo de atacar es “atacante”, el de salir “saliente”, el de cantar “cantante” y el de existir, “existente”. ¿cuál es el del verbo ser?, es “ente”, que significa que tiene identidad, en definitiva “el que es”.

Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a esta terminación “ente”. Así, al presidente, se le llama “presidente” y nunca “presidenta”, independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.

De manera análoga, se dice “capilla ardiente”, no “ardienta”, se dice estudiante, no “estudianta”, se dice “independiente y no “independienta”; “paciente”, no “pacienta”; “dirigente”, no “dirigenta”; “residente”, no “residenta”.

Y ahora, la pregunta: a nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son “periodistos”), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española?

Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hacen más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).

Les propongo que pasen el mensaje a sus amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no “ignorantas semovientas”), aunque ocupen puestos públicos.

Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del Género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: El dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasito, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío de la esquino y, sobre todo, ¡el machisto!.

Si este asunto no te da igual, pásalo, por ahí, con suerte, termina llegando a algunos políticos.

Porque no es lo mismo TENER “UN CARGO PÚBLICO” QUE SER “UNA CARGA PÚBLICA”.